Las academias de La Rioja solicitan al Ejecutivo un plan de rescate para el sector

¿Qué ha cambiado en nuestras actividades en apenas una semana? Las academias y centros de formación de La Rioja tratamos de comprender por qué el Ejecutivo regional ha pasado a excluir las actividades formativas no regladas de la lista de actividades esenciales en tan solo unos días, cuando entonces además de considerarnos esenciales, se nos daba la categoría de “formación”.

Sin comunicación mediante, desde la plataforma, no acabamos de entender los criterios en los que se basa este nuevo cierre forzoso que, recuerda al vivido en marzo cuando el sector educativo fue el primero en verse obligado a echar la persiana.

Hasta la fecha, el colectivo no ha recibido información alguna que pueda entrever un aumento de casos relacionados con nuestra actividad. No nos consta ningún brote entre las casi cuarenta academias que forman la plataforma.

Desde la plataforma reivindicamos nuevamente la seguridad de nuestras actividades, en donde se respeta la distancia social y, debido a las importantes reducciones de aforo, no existen aglomeraciones ni situaciones de riesgo evidentes al no existir momento alguno en el que los alumnos puedan desprenderse de su mascarilla. Si nos atenemos a criterios de salud y seguridad, como se alude desde el Gobierno, resulta incomprensible que la actividad educativa reglada en colegios pueda continuar mientras se prohíbe la de las academias. Actividades que, por otra parte, hace menos de una semana se consideraban esenciales y que ahora ni se mencionan explícitamente en el último B.O.R.

Del mismo modo y, tras informar y solicitar a la Consejería de Salud en el mes de noviembre, la necesidad de un aviso previo en caso de aplicar medidas más restrictivas para tratar de organizarnos en la medida de lo posible (clases online, reubicación de profesores, comunicación a más de 10.000 familias, etc.), nos encontramos nuevamente con apenas 48 horas para gestionar el cambio de escenario y excluidos del diálogo social, menospreciando no solo a las empresas del sector si no a los miles de alumnos y familias que gestionamos.

Finalmente consideramos la ausencia del anuncio de medidas de índole económico que acompañen a estas nuevas restricciones, como inaceptable, en un sector de por sí muy castigado y que demuestra no solo una clara falta de previsión y empatía, si no una preocupante desidia hacia la labor educativa que desarrollamos en nuestros proyectos, y que debería ser considerada estratégica para el desarrollo de la región, tanto por el carácter formativo que ayuda a reforzar y adquirir nuevas competencias y habilidades a nuestros alumnos, como por la labor de apoyo que suponen para las familias.